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La disminución de relaciones personales, las situaciones de confinamiento y la presión estética y nutricional de las redes sociales han contribuido a triplicar los trastornos de conducta alimentaria.

 

Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) que se conmemora cada 30 de noviembre, desde el Área de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicología (COP) de Andalucía Occidental y el Grupo de Psicología y Nutrición de la Delegación de Sevilla de esta Institución colegial hacen hincapié en visibilizar el incremento de desórdenes como bulimia, anorexia, etc. como uno de los impactos en la salud mental de las situaciones generadas por la pandemia COVID-19 y destacan la importancia de fomentar una correcta prevención e intervención para remitirlo.

 

Según los datos proporcionados por la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), los casos de TCA se han triplicado y el 4,5% de jóvenes entre los 12 y los 21 años de edad sufre en la actualidad un trastorno de la conducta alimentaria. Es necesario tener en cuenta los casos sin diagnosticar, así como el aumento de la incidencia anual. De hecho, el número de casos se ha disparado durante la fase de confinamiento aplicada contra la COVID-19 en 2020. ACAB calculó 5.000 nuevas solicitantes de ayuda al finalizar el año 2020 a diferencia de las 1.900 del año 2019.

 

Algunos de los factores que han influido en el aumento de casos han sido los cambios en los hábitos de alimentación y actividad física, el aislamiento, la ansiedad y el uso de las redes sociales durante la fase de confinamiento. Entre estas variables, destaca la presión estética y nutricional que se realiza en redes sociales y que tiene un impacto directo sobre la población más vulnerable a tener desórdenes alimentarios, que suele utilizar estas plataformas con más frecuencia. En la práctica clínica es cada vez más habitual encontrar las redes sociales como una parte más de la vida de los/as adolescentes.

 

Las dificultades asociadas a los Trastornos de la Conducta Alimentaria generalmente se caracterizan por presentar una profunda insatisfacción con la imagen corporal y obsesión por el control del peso, que lleva a la persona a alterar la ingesta de la comida, ya sea por exceso o defecto. Como consecuencia, se deriva en deterioro físico, social y emocional, generando mucho sufrimiento en quien lo padece. Las alteraciones más conocidas son: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, aunque existen otras. Estas dificultades cursan de forma gradual y silenciosa, sin ser percibidas por la persona afectada hasta que las complicaciones se vuelven insostenibles.

 

El papel de la Psicología frente a estas alteraciones es imprescindible, debido a que el tratamiento debe estar sujeto a la intervención psicológica de profesionales especializados, acompañados en equipo de otros perfiles profesionales. Además, la Psicología puede contribuir a la prevención de estos casos, tan importante para reducir el aumento exponencial de estas alteraciones en la población, causantes de tanto sufrimiento.

 

Una fecha para sensibilizar sobre el sufrimiento por TCA

El 30 de noviembre de 2012 nació el día internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), impulsado desde una página de Facebook y apoyado por un gran número de organizaciones. El objetivo era concienciar a la población sobre el sufrimiento que padecían tanto las personas afectadas de este tipo de trastornos, como sus familiares y allegados. La conmemoración de este día se ha convertido en un llamamiento a la sociedad para recordar e informar, que estos problemas existen y que es posible no solo tratarlos, sino también superarlos.