Alrededor de una veintena de personas se ha formado en el curso impartido en junio por la Delegación de Sevilla del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental sobre Estrategias de apoyo a cuidadores/as de afectados/as por demencia".
La acción formativa, de 20 horas distribuidas en dos sesiones, responde al objetivo de incrementar en los/las profesionales de la Psicología los conocimientos y herramientas necesarias para intervenir con las personas cuidadoras.
El programa del curso se ha centrado en temas como la repercusión de la enfermedad de Alzheimer y las demencias en las personas cuidadoras, la detección de señales de alarma y necesidades de atención, técnicas de evaluación psicológica, el autocuidado, gestión, planificación y organización del tiempo, así como la gestión emocional: habilidades para aprender a sentirse mejor, gestión positiva de los conflictos, habilidades de comunicación, duelo de anticipado, etc
El docente ha sido Roberto Suárez Canal, Neuropsicólogo y Psicólogo General Sanitario del Centro Residencial y Unidad de Estancia Diurna "Dolores Castañeda (AFA VITAE San Fernando).
Alzheimer y demencias, procesos con lazos fuertes entres personas afectadas y cuidadores/as
De forma paralela a un diagnóstico de Alzheimer o demencia, justo en el mismo momento, aparece la figura de la persona cuidadora. A lo largo de toda la enfermedad va a existir un binomio indisoluble.
Es una única enfermedad donde se viven dos procesos paralelos que influyen claramente uno en el otro. El paso de los primeros síntomas a alteraciones de las actividades de la vida diaria, la aparición de síntomas psicológicos y trastornos de la conducta, la posterior alteración de las actividades básicas y las complicaciones finales que acaban con el fallecimiento de la persona afectada se solapan con las repercusiones de la enfermedad: problemas familiares, aislamiento social, problemas laborales... y la aparición de sentimientos y emociones que van variando a lo largo de la misma.
En el proceso de atención a las demencias, y en particular de la enfermedad de Alzheimer, existen unos lazos especiales y progresivos entre la persona afectada y la persona cuidadora. Es lo que se ha venido a denominar la "doble mirada", a este binomio se constituye como un eje fundamental en la atención a las personas cuidadoras como co-protagonistas del proceso y no sólo como meros acompañantes de la persona afectada.