Los y las profesionales de la Psicología somos conscientes, al igual que ya la globalidad de la ciudadanía, que cualquier catástrofe con múltiples víctimas requiere atención psicológica a corto, medio y quizá a largo plazo. Los desastres naturales como el producido recientemente por la DANA ocasionan grandes pérdidas humanas y materiales y el consiguiente desbordamiento de las necesidades de la población.
En catástrofes como esta la prioridad inicial es salvar vidas, encontrar a las personas desaparecidas, restablecer comunicaciones, cubrir las necesidades básicas de personas afectadas (agua, alimentos…), recuperar en la medida de lo posible sus casas y enseres personales, etcétera y además, poder manejar la incertidumbre inicial para posteriormente gestionar las emociones derivadas como el miedo o el dolor.
Toda intervención que se lleve a cabo por profesionales de la Psicología tiene que estar organizada y coordinada con el conjunto de operaciones que se estén desarrollando, con el fin de formar parte de la solución. Desde el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental se desaconseja cualquier intervención voluntaria a título personal por parte de sus profesionales colegiados/as, al margen del Centro de Coordinación de Emergencias establecido entre la Generalitat y el Gobierno de España.
Nuestro Colegio desde el principio está en contacto y coordinación con el Área de Psicología de Emergencias y Catástrofes del Consejo General de la Psicología y ha ofrecido su colaboración al Colegio Oficial de Psicología de Comunidad Valenciana, el cual representa a la profesión en el Centro de Coordinación anteriormente mencionado, para que, en función de la necesidad que presenten, podamos sumar efectivos debidamente cualificados.
Debemos recordar en este punto que no cualquier profesional de la Psicología puede reunir la formación y preparación necesaria para realizar esta labor con las suficientes garantías, y que a pesar de los deseos de prestar su ayuda con las mejores intenciones deben poder actuar bajo presión y en situaciones de particular vulnerabilidad. En este sentido, los psicólogos y las psicólogas de emergencias y catástrofes (como los miembros de nuestro Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres, GIPED) tienen que poder ejecutar una serie de funciones y reunir características concretas como son:
- Intervenir en situaciones de alto impacto emocional. Identificando el momento en el que se encuentra la víctima e interviniendo para normalizar lo antes posible sus emociones.
- Ser expertos/as en manejar la intervención en crisis y sus protocolos de actuación. El psicólogo de emergencias NO HACE TERAPIA.
- Tiene que intervenir con los/as demás intervinientes de la emergencia, por lo cual debe conocer y manejar su funcionamiento para unirse al engranaje de la emergencia, no entorpecer y favorecer la eficacia de la intervención.
- Debe ser conocedor/a de la legislación vigente en nuestro país respecto a las emergencias y su puesta en funcionamiento.
- No sólo se va a intervenir con víctimas, también se va a intervenir con intervinientes, se van a realizar labores de asesoramiento a los gestores/as de la emergencia, dominando por la tanto la intervención y el asesoramiento estratégico.
- Debe ser conocedor/a de los recursos y espacios de la emergencia, saber manejarse con los comunicados a los medios de comunicación, para minimizar el impacto psicológico con las personas afectadas, con sus familiares y la comunidad.
Es labor de todos nosotros y todas nosotras y de este Colegio Profesional garantizar una labor eficaz, coordinada y profesional.
JUNTA DE GOBIERNO